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¿VALIÓ LA PENA? 100 DÍAS DE GOBIERNO

Los primeros cien días de un nuevo gobierno son un período crítico, que a menudo se considera un barómetro del éxito futuro de una administración. Durante este tiempo, se establece el tono, se delinean las prioridades y se envían señales claras sobre la dirección que tomará el gobierno. El inicio de gobierno para cualquier político debería estar marcado principalmente por empezar a cumplir su promesa de gobierno, es la mejor manera de comunicar que: inicia una nueva etapa política y que hay un cambio de tendencia en la gestión; un nuevo camino por recorrer. En este contexto, la comunicación gubernamental juega un papel fundamental, ya que sirve como un medio para conectar con la ciudadanía, establecer confianza y garantizar transparencia en las acciones del gobierno. Los primeros cien días también son fundamentales para construir confianza, legitimidad entre el gobierno y la ciudadanía. La transparencia en la comunicación es esencial para lograr este objetivo. Un gobierno que se comunica de manera abierta y honesta sobre sus acciones, sus decisiones, genera confianza en su capacidad para gobernar de manera efectiva. Por otro lado, la falta de transparencia puede socavar la confianza del público y minar la legitimidad de la administración.

¿Es una norma establecida esto de los cien primeros días de gobierno? Bueno, según se mire. Lo cierto es, que estos primeros días que van transcurriendo en los diferentes gobiernos vienen a ser un periodo de carencia o de gracia, una especie de “ahí tienes la oportunidad” de ganarte mi confianza, ya pasó la campaña, no son necesarios tantos abrazos, sonrisas, besos, los elegimos para más que eso. Sí, es importante ser cercanos a la ciudadanía, este es el momento para demostrar que valió la pena que los eligiéramos nuestros gobernantes.

Franklin D. Roosevelt fue quién, como presidente de los EE. UU. en 1933, utilizó la marca de los cien primeros días, en medio de una crisis económica que amenazaba la subsistencia de la democracia y la unidad del país. El plazo fue entonces una muestra de consenso y colaboración del Congreso ante la emergencia nacional que planteaba la Gran Depresión, en esos cien días de 1933 el Congreso aprobó 15 leyes que contuvieron el pánico bancario, dieron trabajo público a cientos de miles de desempleados y fundaron las bases del llamado New Deal, todas las leyes que presentó Roosevelt fueron aprobadas por el Congreso, la mayoría con poco debate. El miedo funcionó y el presidente tuvo habilidad para proponer medidas que gustaban también a los conservadores, movilizó a grupos de apoyo también entre los republicanos, por ejemplo el comité de los 100, encabezado por mujeres republicanas de Nueva York, que hicieron campaña para que los representantes de su partido respaldaran las leyes que proponía el presidente.

Es verdad que en el primer trimestre desde que se toma posesión en cualquier gobierno, el líder o partido político, tiene una gran oportunidad de dejar marcado su estilo para el mandato en curso. Es en este periodo de tiempo cuando el ciudadano va a estar más pendiente del político y lo más importante cuando realmente se va a construir una imagen sobre él, es una oportunidad única de enamorar con tu mensaje, ese que se lee a medida que vas haciendo cosas y las vas comunicando, ¡somos lo que comunicamos!.

Los primeros cien días de gobierno son un porcentaje mínimo de un mandato de cuatro años, en tan corto plazo no es mucho lo que puede lograrse en términos de concretar objetivos estratégicos de políticas, ni lo que puede decirse totalmente sobre el futuro desempeño del gobierno, pero esos primeros días tienen un significado simbólico y son interpretados muchas veces como un instrumento del poder de un Gobierno entrante. Durante los primeros cien días, es probable que un nuevo gobierno se enfrente a crisis y desafíos inesperados. La forma en que el gobierno responde a estas situaciones puede tener un impacto significativo en su imagen y reputación. La comunicación efectiva es clave en momentos de crisis, ya que permite al gobierno informar al público sobre la situación, las medidas que está tomando para abordarla y cómo planea prevenir problemas similares en el futuro. Además, la comunicación empática, sensata, puede ayudar a calmar las preocupaciones del público y demostrar que el gobierno está comprometido con el bienestar de sus ciudadanos.

Tomar decisiones sin un plan que sea acordado con los principales actores sociales, y que tenga objetivos y metas que no sean conocidos por la sociedad, puede ser contraproducente para generar horizontes institucionales de largo plazo, poner el foco en las decisiones y las medidas urgentes subraya la implementación; no se puede dejar de lado cómo se toman esas medidas, con quiénes, a partir de qué diagnóstico, con qué calidad de información, basado en qué acuerdos, con qué objetivos y visiones de largo plazo, con qué recursos se cuenta. Los primeros cien días también son una oportunidad para fomentar el involucramiento ciudadano, obtener retroalimentación sobre las políticas y programas del gobierno. La comunicación bidireccional es esencial en este proceso. A través de encuestas, foros comunitarios y otras herramientas de participación, el gobierno puede escuchar las preocupaciones y opiniones de la población, ajustando sus políticas. Esto no solo ayuda a garantizar que las políticas sean más efectivas y relevantes, sino que también fortalece la relación entre el gobierno y la ciudadanía.

Aprovechar los primeros cien días de gobierno, asegura un gran inicio de mandato. Se tiene la oportunidad de entrar en la mente de los ciudadanos y construir una imagen de gobierno que genere confianza, credibilidad y seguridad. La claridad en la comunicación ayuda a establecer expectativas realistas y a generar confianza en la capacidad del gobierno para cumplir con sus compromisos. Es importante que el gobierno demuestre acción y progreso en la implementación de sus políticas, proyectos y programas. Comunicar los logros alcanzados, los hitos cumplidos y los cambios tangibles realizados ayuda a generar confianza en la capacidad del gobierno para cumplir con sus promesas y abordar los desafíos. La transparencia sobre el progreso realizado también ayuda a mantener al público comprometido y motivado para apoyar los esfuerzos del gobierno. Para gobernar bien, necesitas comunicar excelente.

Por. Maria Fernanda Plazas
Ingeniera en Recursos Hídricos y Gestión Ambiental
Especialista en Marketing Político – Comunicación de Gobierno Universidad Externado de Colombia
Twitter: @mafeplazasbravo

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