La Catedral de la Diócesis de Garzón rebosaba de feligreses y miembros de la curia diocesana, así como representantes de todas las parroquias y comunidades religiosas, para presenciar la solemne Misa Crismal.
POR: ANDRÉS RODRÍGUEZ.
El Obispo administrador apostólico sede vacante, Miguel Fernando González Mariño, lideró la ceremonia, resaltando la vocación al sacerdocio y la importancia de la vida en la palabra de Dios y la evangelización, valores fundamentales para la Iglesia y su compromiso con la comunidad.
Junto con la renovación y consagración de los Santos Oleos Sacerdotales, el evento destacó por la ordenación de cinco seminaristas como diáconos. Estos jóvenes, ahora un paso más cerca de convertirse en presbíteros, recibieron la bendición sacramental para su nueva responsabilidad de difundir la fe, el amor y la evangelización en la palabra de Dios.
La ceremonia fortaleció el compromiso de los sacerdotes con su vocación, renovando su amor por la ordenación sacerdotal y su disposición para liderar las celebraciones de la Semana Santa en sus comunidades. Para ellos, este momento no solo representa un llamado a la conmemoración de la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, sino también un compromiso renovado con la santidad y la vida eterna.
El evento fue un recordatorio de la importancia de la comunidad en el camino de la fe y la celebración de los sacramentos. La presencia masiva de feligreses y autoridades eclesiásticas subrayó el apoyo y la unidad dentro de la Iglesia en Garzón, uniendo a todos en un propósito común de servir a Dios y a la comunidad.
La Misa Crismal marcó el inicio de un período sagrado para la Iglesia local, preparando el camino para las celebraciones de la Semana Santa. Con la renovación de los oleos y la ordenación de nuevos diáconos, la comunidad diocesana de Garzón se fortalece en su misión de llevar la luz y el amor de Cristo a todos los rincones de la región.