En un acto de violencia que ha conmocionado a la comunidad de Neiva, el párroco de la iglesia Nuestra Señora de Aránzazu, Ángel Alberto Pardo Medina, de 69 años, fue atacado con un arma blanca durante un atraco.
POR: ANDRÉS RODRÍGUEZ.
Los delincuentes lo agredieron a la altura de la clavícula y huyeron del lugar con su celular. El sacerdote tuvo que ser hospitalizado.
El ataque ocurrió el pasado viernes a plena luz del día, en la intersección de la calle 7 con carrera 27 del barrio La Gaitana, en la comuna Siete de Neiva. Eran aproximadamente las 5:30 de la tarde cuando el sacerdote, quien caminaba por una vía pública, fue interceptado por varios delincuentes. Los asaltantes lo amenazaron con un arma blanca para que no ofreciera resistencia.
Según los testigos, el padre Ángel Alberto Pardo Medina, al ver la agresión, entró en pánico, lo que facilitó a los delincuentes agredirlo con un puñal. El sacerdote recibió una herida en la clavícula y quedó sangrando en el lugar. Acto seguido, los criminales se dieron a la fuga, llevándose consigo el celular del religioso.
Los vecinos, al percatarse del ataque, acudieron rápidamente en auxilio del párroco. Lo trasladaron de inmediato a un hospital en la capital del Huila, donde recibió atención médica. La agresión ha generado un profundo rechazo entre los habitantes de la ciudad, quienes lamentan que un miembro tan querido y respetado de la comunidad haya sido víctima de un acto tan violento.
“Es muy triste que un cura que le ha servido a la comunidad y que es muy querido lo lastimen así”, expresó un residente del barrio La Gaitana, reflejando el sentir de muchos neivanos.
Este incidente ha intensificado las demandas de los ciudadanos hacia las autoridades locales para mejorar la seguridad en la ciudad. La comunidad le ha solicitado al alcalde Germán Casagua tomar medidas urgentes para proteger a los habitantes de Neiva y evitar que hechos como este se repitan.
El ataque al padre Pardo Medina no es un caso aislado, sino parte de una ola de delincuencia que ha estado azotando la capital del Huila. La inseguridad creciente en Neiva preocupa a los residentes, quienes sienten que sus calles ya no son seguras.
La población de Neiva espera respuestas contundentes por parte del gobierno local. Las propuestas incluyen el aumento de la vigilancia policial, la instalación de cámaras de seguridad y la implementación de programas comunitarios de prevención del delito. La comunidad también ha comenzado a organizarse para realizar vigilias y marchas pacíficas, exigiendo paz y seguridad en sus barrios.
El dolor y la indignación son palpables entre los vecinos, quienes esperan que este trágico evento sirva como un llamado de atención para las autoridades y que se tomen las acciones necesarias para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos. La herida del padre Ángel Alberto Pardo Medina simboliza una herida en el tejido social de Neiva, que clama por justicia y un cambio radical en las políticas de seguridad de la ciudad.