En un acto emotivo que refleja la unidad de la comunidad neivana, cientos de personas se congregaron para rendir un sentido tributo a las víctimas del trágico incendio en Santa Isabel. La ciudad se iluminó con velas encendidas, simbolizando la solidaridad y el luto compartido que embarga a todos. Con corazones compungidos, los habitantes de Neiva expresan su profundo pesar ante la dolorosa partida de aquellos que fueron arrebatados por las llamas.
Este adiós colectivo va más allá de las palabras; es un gesto sincero de apoyo y consuelo hacia los seres queridos que enfrentan este difícil momento. La comunidad neivana se une en un abrazo simbólico, buscando brindar fuerza y esperanza en medio de la tristeza. En medio de las sombras que deja el incendio, la luz de la solidaridad ilumina el camino hacia la reconstrucción emocional de aquellos afectados por esta tragedia.
