En un hecho que ha conmocionado a la comunidad de Ocaña, el subintendente Wilkin Roney Durán García, miembro activo de la Policía Nacional, confesó haber maltratado a su hija de tan solo cinco meses y medio.
POR: ANDRÉS RODRÍGUEZ .

El hombre se presentó en la estación de policía de Ocaña y, con palabras confusas, admitió haber causado graves daños a la menor, llegando incluso a comparar su acción con «la entrega que Dios hizo de su hijo al mundo».
Según las autoridades, la pequeña estaba bajo el cuidado exclusivo de su padre, quien se encontraba de vacaciones en Ocaña y vivía con su madre. Fue ella quien, al notar que la bebé estaba inconsciente, la trasladó de inmediato al hospital en un intento desesperado por salvarle la vida.

La captura del subintendente se llevó a cabo en el Hospital Emiro Quintero Cañizares, donde había sido ingresado por problemas de salud. Un juez penal de Ocaña emitió la orden de captura por el delito de homicidio agravado en grado de tentativa.
Las investigaciones revelaron que la bebé sufrió un trauma craneoencefálico severo, hematomas en la cabeza y múltiples fracturas de cráneo, lesiones que evidencian la brutalidad de la agresión.
Este caso ha generado indignación en la comunidad, que exige justicia y el máximo peso de la ley para el responsable.
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