El barrio Álamos Norte de Neiva fue escenario de una tragedia que enluta a la comunidad.
POR: ANDRÉS RODRÍGUEZ.
Jhonatan Trujillo, un reconocido barbero del sector, falleció tras ser víctima de un violento ataque en su establecimiento.
El lunes en horas de la noche, Jhonatan fue atacado por delincuentes que le dispararon varias veces a la altura de la cabeza y el cuello. Pese a los esfuerzos médicos por salvarle la vida, las heridas resultaron irreversibles. Finalmente, los médicos tomaron la difícil decisión de desconectarlo de las máquinas que lo mantenían con vida.
Sin embargo, la historia de Jhonatan no termina allí. Su legado perdurará gracias a un acto de generosidad que había decidido en vida, la donación de sus órganos.
Su padre, Fernando Trujillo, recordó una conversación que tuvieron tiempo atrás, en la que Jhonatan manifestó su deseo de que, al fallecer, sus órganos fueran donados para salvar otras vidas. «Un día hablamos que cuando él muriera, él donaría los órganos y se va a hacer la voluntad de él», expresó Fernando.
A pesar del profundo dolor que embarga a la familia Trujillo, este acto de donación les ha brindado un propósito en medio de la tragedia. Para Fernando, su hijo era un hombre de fuertes convicciones y gran amor por la vida y por los demás. “Era la persona que todo el mundo conocía y se sentía agradable conocer”, recordó con emoción. Jhonatan, además de ser el pilar de su hogar, deja atrás a un hijo de siete años y a una pareja con quien planeaba casarse y formar una familia más grande.
El proceso de donación de órganos se realizará conforme a los deseos expresados por Jhonatan. Para su familia, este acto no solo es un gesto de amor, sino un tributo a la vida que él vivió con tanto entusiasmo y dedicación. A través de esta donación, su legado trasciende, llevando esperanza a quienes recibirán una nueva oportunidad de vida.
