Somos una nación de ríos sinuosos, vastas selvas y una rica diversidad biológica, a pesar de ello enfrentamos un desafío crucial: la gestión sostenible del agua. En este escenario, las plantas de tratamiento de aguas residuales PTAR emergen como pilares fundamentales para preservar la calidad del agua y proteger la salud pública y el medio ambiente; estas infraestructuras, a menudo pasadas por alto, desempeñan un papel esencial en el ciclo del agua, ayudando a garantizar que los recursos hídricos estén disponibles para las generaciones futuras. Nuestros municipios, con su variada topografía y condiciones climáticas diversas, enfrentan una serie de desafíos en la gestión del agua, las aguas residuales, generadas por actividades domésticas, industriales, agrícolas, representan una preocupación significativa. Sin un tratamiento adecuado, estas aguas están contaminando quebradas, ríos, arroyos, acuíferos, poniendo en peligro la salud humana y los ecosistemas acuáticos, razón por la cual las plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) juegan un papel relevante.
Una de las principales funciones de las plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) es eliminar contaminantes del agua residual, incluyendo bacterias, virus, productos químicos y nutrientes como nitrógeno y fósforo. Este proceso no solo protege la salud pública al reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, sino que también preserva la calidad del agua para usos recreativos, agrícolas e industriales. Además, al minimizar la contaminación, se protege la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos, asegurando la supervivencia de especies vegetales y animales que dependen del agua para su subsistencia. Otro aspecto crucial es el papel de estas plantas en la gestión de los recursos hídricos. Colombia, a pesar de ser abundante en agua dulce, enfrenta desafíos relacionados con la disponibilidad y distribución del recurso hídrico. Las plantas de tratamiento de aguas residuales no solo ayudan a conservar agua al reciclar y reutilizar el recurso tratado para usos no potables, como el riego de cultivos o la refrigeración industrial, sino que también reducen la carga sobre fuentes de agua dulce, como ríos y lagos.
Además de sus beneficios ambientales y sociales, las plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) también tienen un impacto económico significativo; al mejorar la calidad del agua, estas instalaciones contribuyen al desarrollo económico al promover la inversión en sectores que dependen de recursos hídricos limpios, como el turismo, la agricultura y la industria alimentaria. De igual manera, al reducir los costos asociados con la atención médica debido a enfermedades relacionadas con el agua, estas plantas ayudan a aliviar la carga financiera en los sistemas de salud.
Sin embargo, a pesar de su importancia, las plantas de tratamiento de aguas residuales en Colombia enfrentan desafíos significativos. La falta de infraestructura adecuada, la financiación insuficiente y la falta de conciencia pública son solo algunas de las barreras que obstaculizan su eficacia y alcance. Para abordar estos desafíos, se requiere un enfoque integral que involucre la colaboración entre el gobierno, el sector privado, la sociedad civil y la comunidad científica. Es imperativo que Colombia invierta en la expansión y mejora de su infraestructura de tratamiento de aguas residuales, priorizando la adopción de tecnologías innovadoras, sostenibles. Es propicio implementar políticas y regulaciones más estrictas para garantizar el cumplimiento de estándares ambientales y de salud pública. La educación y la sensibilización pública también son fundamentales para fomentar prácticas de consumo y descarga responsables. Se debe promover la articulación de las instituciones del Gobierno, los instrumentos establecidos en la normativa y la regulación que permitan avanzar en el cumplimiento de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) para el 2030, especialmente en alcanzar el 68% de aguas residuales tratadas.
En Colombia el porcentaje de las aguas residuales tratadas es del 52%. Actualmente en el país se generan 2.126 millones de metros cúbicos de aguas residuales municipales al año y se estima que a 2050 se generarán 2.765 millones de metros cúbicos de aguas residuales. Para cumplir con el ODS 6 (pretende lograr un acceso universal y equitativo al agua potable y a servicios de saneamiento e higiene adecuados, así como mejorar la calidad del agua a nivel global) a 2030, el país deberá́ alcanzar el 68,6 % de las aguas residuales urbanas tratadas, lo que equivale a tratar las aguas residuales de 10,7 millones de personas que no son atendidas.
A pesar de los logros alcanzados, el tratamiento de aguas residuales es un problema de largo plazo, por lo que sus soluciones deben trascender gobiernos, diferencias políticas, personales, profesionales, nuestros municipios deben avanzar en lo fundamental, en este momento necesitamos gobernantes que no se estén mirando aún en el espejo retrovisor, la importancia del tratamiento de aguas residuales va mucho más allá, es un factor determinante, prioritario para el desarrollo económico, social de las ciudades, contribuyendo en tres aspectos: sostenibilidad ambiental, competitividad y calidad de vida.
El municipio de Garzón (Huila) actualmente no efectúa el tratamiento de sus aguas residuales, las descargas se están realizando a los cuerpos de agua superficial, los cuales son la Quebrada Garzón y la Quebrada Aguazul lo que resulta en la alta contaminación de los cuerpos de agua mencionados, por ende el incumplimiento de la Resolución 631 de 2015 sobre vertimientos. Luego de una tarea que requirió un compromiso constante con el medio ambiente y la comunidad, durante casi dos años, trabajaron incansablemente para obtener la viabilidad técnica y hacer realidad el proyecto de la PTAR para el Municipio de Garzón, que contribuirá significativamente a la descontaminación del río Magdalena aguas abajo. Esto no solo beneficiará a la comunidad local, sino que tendrá un impacto positivo en toda la región, el cuidado del medio ambiente es una responsabilidad que debe tener determinación y colaboración. Este proyecto también demuestra que, con gestión y voluntad, las obras importantes pueden materializarse. De acuerdo con la evaluación de alternativas, donde se valoraron los aspectos económico, financiero, social, ambiental, catastral, predial, operacional y de mantenimiento, se seleccionó como alternativa más viable un sistema de tratamiento con tratamiento preliminar, filtros percoladores y sedimentación secundaría. Esta obra de gran envergadura que viene adelantando el municipio de Garzón, emblemática del departamento del Huila, comprende la CONSTRUCCIÓN DEL SISTEMA DE TRATAMIENTO DE AGUAS RESIDUALES DEL MUNICIPIO DE GARZÓN, HUILA FASE I en concreto reforzado de 4000 psi que incluye: Tratamiento preliminar, Tanque de succión, Estación de bombeo, Filtro percolador (2Und), Sedimentador (2Und), Cámara de recirculación (1Und), Estación de bombeo de lodos, Digestor de lodos: (2Und), Lechos de secado (6Und), Lavador de gas, Emisario final, Cámaras de inspección (6Und), Adecuación del lote, Vía de acceso, Cerramiento, Caseta de vigilancia, Edificio administración, Edificio de almacén, Cuarto eléctrico, Redes internas. La puesta en marcha de este proyecto permitirá devolver las aguas tratadas a la quebrada Garzón, lo que contribuirá significativamente a la descontaminación del Rio Magdalena.
La obtención de los recursos para este ambicioso proyecto fue un proceso técnico y administrativo mancomunado, la obra que tiene un costo de más de $21.000 millones de pesos, de los cuales el Gobierno Nacional (Ministerio de Vivienda, ciudad y Territorio) está aportando $12.700 millones, la Gobernación del Huila $1.600 millones, el municipio de Garzón $3.000 millones y la CAM la suma de $4.496 millones.
¿Y LA OBRA?
Las obras de la Planta de Tratamiento del municipio de Garzón, a la fecha tienen un avance del 85%, lo que indica que la obra se está ejecutando de acuerdo a lo planeado. En su primera fase, el sistema cuenta con un tratamiento preliminar y un sistema de bombeo que elevara las aguas residuales hacia un sistema de dos tanques percoladores para un tratamiento de flujo descendente con un medio filtrante en rosetones, que a su vez generan una biocapa que ayuda al tratamiento, con capacidad de 1600 m3 cada uno, dos tanques sedimentadores con un sistema barredor de lodos con capacidad de 1000 m3 cada uno aproximadamente, un sistema de recirculación con dos tanques espesadores de lodos y dos tanques digestores de sistema rotamix, con capacidad de 50 m3 y 113 m3 respectivamente, además de un sistema quemador de gas, la plata cuenta con 6 lechos de secado de 80 m3 cada uno para disposición final de lodos, que una vez tratados serán destinados para cultivos y mejoramiento de suelos agrícolas. Finalmente el sistema cuenta con un tanque de desinfección y cloración de 640 m3 aproximadamente, emisario final para disposición hacia la quebrada de Garzón. Estas estructuras podrán tratar un caudal de 118 l/sg (litros por segundo) en una fase inicial con una ampliación a futuro en segunda fase para llegar a 157 L/sg, la reducción de la carga contaminante es de hasta un 90%. Este proyecto no solo trae beneficios al medio ambiente, sino a la comunidad del municipio, ya que se han generado 300 empleos entre directos e indirectos.
Es necesario que se incluyan e integren urgente, los temas de cambio climático en los procesos de toma de decisiones, donde la política energética juegue un papel importante en el desarrollo. El gobierno colombiano ha implementado diversas políticas y programas para fomentar la adopción de energías renovables, como la generación de incentivos y la promoción de inversiones en este sector. Colombia cuenta con un importante potencial de fuentes de energía renovable, como la solar, eólica, hidráulica, biomasa; que podrían ser aprovechadas para diversificar la matriz energética, reducir la dependencia del petróleo y el gas. Además, la implementación de tecnologías de eficiencia energética en los diferentes sectores económicos y la promoción de prácticas de consumo responsable de energía son fundamentales para lograr una transición energética exitosa.
Es importante mencionar que después de efectuar análisis del consumo de energía requerido para poner en operación la planta de tratamiento del municipio de Garzón, realizaron la solicitud a Findeter y al MinVivienda para que incorporen dentro del proyecto el componente de energías limpias; se piensa en el uso de energía solar como una alternativa amigable con el ambiente al ser renovable y para disminuir los altos costos de funcionamiento que tendría el sistema, ya que, aunque el valor de la inversión para el sistema fotovoltaico será significativo, se verán retribuidos con los bajos costos de funcionamiento, para esto se precisa lo siguiente: se realizará mediante la implementación de un sistema on-grid, sistema que trabaja en paralelo con la red eléctrica del operador, los excesos producidos en el día se suministrarán a la red convencional de energía, y esta será contabilizada por un medidor bidireccional para después ser computada y así reducir los costos en la facturación.
El cálculo del sistema se realizó de acuerdo a las horas pico del sol, y se concluye que por día, se debe generar 522,50 kWP. La instalación de los paneles produciría mensualmente 47MW/hora y el consumo promedio para la operación de la planta seria 45MW/hora; lo que indica que los paneles solares generarían la energía necesaria para la operación de la planta las 24 horas del día; con la implantación del sistema, el valor a pagar a ELECTROHUILA sería de $0.00. El área a utilizar para su instalación se proyecta en 3.000 metros cuadrados sobre terreno, los módulos fotovoltaicos van sobre parrillas, son estáticos sobre una estructura certificada; el sistema propuesto no consta de seguidores solares, ya que por la radiación solar en la zona, no se justificaría su instalación; los paneles se fijarán con la pendiente mínima para auto limpieza de los mismos; la carga equivale aproximadamente a 15 Kg por metro cuadrado; estos módulos cuentan con una garantía de producción de 30 años y los inversores de cada panel con una garantía de 5 años y se podría llegar a ampliar la garantía a 10 años. Los incrementos en el costo total de operación estarían dados en un 221% anual con la implementación de energía convencional, y en un 120% anual con la implementación de energías limpias. El uso de energías alternativas limpias genera un sinnúmero de beneficios entre ellos, proteger nuestro planeta del cambio climático, reducción de la huella de carbono, no generan gases de efecto invernadero, son fuente de energía renovable, escasa necesidad de mantenimiento, permite tener sistemas modulares y llegar, progresivamente, a la autosuficiencia energética, reducción del costo mensual de energía, rápido retorno de la inversión, incentivos y beneficios tributarios (Ley 1715 del 2014).
Para las actividades que deben garantizar el buen funcionamiento y operación de la PTAR 24 horas (limpieza, monitoreo, control de aditivos químicos, etc.), el número de operarios y personal que deberá trabajar permanentemente en la planta es de tres operarios y el personal para la vigilancia.
Las plantas de tratamiento de aguas residuales desempeñan un papel esencial en Colombia, desde una perspectiva técnica al proteger el medio ambiente, salvaguardar la salud pública, garantizar el cumplimiento normativo y promover el uso sostenible de los recursos hídricos. Su implementación y operación adecuadas son fundamentales para garantizar un desarrollo sostenible y una mejor calidad de vida para las generaciones presentes y futuras.
Por. Maria Fernanda Plazas – Twitter (X): @mafeplazasbravo
Ingeniera en Recursos Hídricos y Gestión Ambiental
Especialista en Marketing Político – Comunicación de Gobierno
Universidad Externado de Colombia